Ubicada en un enclave histórico de República Checa, esta construcción contaba con elementos originales que la hacían única: techos abovedados en la planta baja, vigas de madera pintadas en el nivel superior y una estufa de azulejos centenaria. Desde el inicio, los propietarios compartieron una visión: preservar al máximo la estructura original y complementarla con un diseño interior sobrio, funcional y en armonía con su pasado.

OOOX abordó la reconstrucción con un profundo respeto por los materiales preexistentes. Al llegar al proyecto, la distribución ya estaba definida: la zona social en la planta baja—con una gran sala de estar, comedor, cocina independiente y una habitación de huéspedes en el antiguo garaje—, y la zona privada en el nivel superior, con un dormitorio principal y otra sala de estar.

Materiales en el diseño

Uno de los mayores desafíos en esta obra fue la humedad. Los muros de piedra originales presentaban altos niveles de retención, por lo que se optó por un proceso de ventilación y saneamiento. Se retiró el yeso existente, dejando la piedra expuesta para que pudiera “respirar”, y se aplicó un enlucido de rehabilitación solo en la parte inferior de los muros.

La bóveda principal se reforzó con tirantes helicoidales, y las escaleras en mal estado fueron restauradas destacando la piedra vista. Un pasamanos iluminado enfatiza la textura rugosa de los muros y crea un juego de luces y sombras que aporta profundidad al espacio.

El nivel superior, en contraste con la piedra de la planta baja, resalta el carácter cálido de la madera. Se removió el revestimiento asfáltico de los pisos originales, exponiendo las tablas, que fueron cuidadosamente cepilladas y tratadas con aceites naturales hasta lograr un tono gris. Aquí, además, se restauró la icónica estufa de azulejos y se colocaron baldosas de ladrillo antiguas para complementar su entorno.

Los techos de vigas pintadas—uno de los elementos más distintivos del espacio—se restauraron con tintes reactivos, eliminando en gran parte la pintura blanca añadida en intervenciones anteriores. Se optó por una iluminación indirecta que realza la belleza de las pinturas originales, especialmente en los dormitorios.

Aunque el espíritu de la restauración es preservar la esencia medieval de la estructura, la casa incorpora soluciones contemporáneas con discreción. Po ejemplo, el sistema de calefacción por suelo radiante con bomba de calor, junto con un inserto de chimenea en la sala de estar, garantiza confort térmico sin alterar la estética original.

El sistema eléctrico y de ventilación se ocultó estratégicamente. Mientras que, las rejillas de ventilación se diseñaron en hierro fundido de época para no romper la coherencia visual del espacio.

Diseño interior: entre lo rústico y lo contemporáneo

El interiorismo sigue la misma línea de respeto por los materiales. Los muros de piedra están tratados en tonos grises, mientras que los marcos de los pasajes a través de los gruesos muros de carga están revestidos en acero encerado. En la planta baja, el pavimento se compone de pequeñas baldosas dispuestas en patrón de espiga.

El comedor es un punto focal de la vivienda: una gran mesa circular de madera con coordenadas grabadas—testigos de momentos importantes de la vida de los propietarios—preside el espacio, acompañada por una lámpara de araña de múltiples brazos que refuerza el carácter solemne y sofisticado del ambiente.

En la cocina, ubicada bajo una bóveda, el mobiliario respeta las curvas originales del techo, integrando armarios ventilados y una isla de madera maciza con encimera de acero inoxidable. Las puertas de los muebles, de acero cepillado, aportan un aire industrial y contemporáneo.

El proyecto de Hradby convierte esta casa en un espacio habitable y funcional para el presente. A través de una intervención minuciosa, donde cada material cuenta su propia historia, OOOX demuestra cómo la arquitectura puede ser un puente entre el pasado y el futuro, honrando la memoria de los espacios sin renunciar a la comodidad de la vida moderna.