El Estudio Creativo y Laboratorio de Sueños Asociativos, o ATLAS, es una gran sala de estar urbana. Esta obra es como estar en casa. Disfrutar de sus espacios es sentarse de forma culta, pero también recostarse perezosamente en el sofá, leer en la biblioteca, mirar por la ventana, practicar un instrumento musical, trabajar en la computadora portátil, sumergirse en el universo en línea, charlar con un visitante, tomar una taza de café y, por último, disfrutar del arte.

La arquitectura de esta obra está pensada para padres e hijos, por ello sus instalaciones tienen un bloque especial que invita a jugar y compartir. Además, como una de las premisas importantes del proyecto, el objetivo es que las personas se sientan como si estuvieran en casa. Lo primero que hay que entender es que este no es un pasillo «donde se permite la entrada de personas» antes de comprar un billete. Es realmente el núcleo de la Galería Nacional.

De este modo, se trata de un espacio completamente libre, ubicado en toda la galería entreplanta del Salón Pequeño, Palacio de Ferias. Allí nadie ofrece algo o anima a hacer nada. Incluso se puede conocer a empleados de la galería practicando yoga u organizando un evento.

Por ello, no se necesita del permiso de nadie para visitar este lugar. El diseño y la organización de esta área tiene como objetivo dejar las ideas preconcebidas intuitivas sobre instituciones de este tipo, como lugares detrás de un muro de pago donde se suscribe al único tipo de comportamiento permitido: apuñalar por la espalda.

El diseño de la sala

A la hora de diseñar la arquitectura del proyecto, la firma NoArchitects enfrentó el desafío de pasar por alto una limitación típica de la cultura checa: el presupuesto críticamente bajo.

Por eso utilizaron una serie de paneles, aberturas ennegrecidas y mamparas de instalación que derribaron y reciclaron. Además, hicieron que las ventanas fueran accesibles, dieron voz a la cuadrícula del esqueleto de hormigón armado, la articulación de las aberturas de las ventanas y su combinación de colores.

Cuando los fragmentos utilizables de los paneles desmantelados no eran suficientes, de los almacenes de la Galería Nacional, los arquitectos recolectaron espacios en blanco demolidos de exposiciones e instalaciones más antiguas, los combinaron, acortaron sus patas, agregaron manijas, los repintaron y les dieron vida por segunda vez.

Además de ser probablemente el mayor porcentaje de recuperación de residuos, esre es un proyecto tan exitoso que tuvo que cerrarse poco después de su puesta en servicio. A mucha gente le gustó y fue allí.

Por lo tanto, se tuvo que cerrar toda la sala y se abrió por segunda vez después de largas discusiones y la adopción de medidas «organizativas» invisibles. Otra novedad es probablemente el permiso de construcción temporal más pequeño, que se tuvo que obtener aquí para conectar un tubo de cinco (o siete) centímetros de diámetro al tubo ascendente del alcantarillado.

La última virtud es probablemente la minimización de la arquitectura implementada en relación con el ambicioso programa de construcción, que no se basa sólo en restricciones presupuestarias.

La intención común de los comisarios y la de los arquitectos era llenar esta parte del esqueleto del Palacio de Ferias con un contenido que más que nunca cobra sentido sólo a través de la presencia de los visitantes, su convivencia y su libre acción. Aquí sólo nos inspiramos ligeramente espacialmente.