Como tal, el diagrama de Redline no podría haber tolerado un solo bloque sólido, que hubiera obstruido las vistas de la vivienda circundante e impedido que la mitad de las 59 viviendas tuvieran vista al mar. Usando esto como punto de partida, y mirando hacia el norte, donde la bahía de Toulon está acurrucada, se dibujó un edificio que se divide en dos a lo largo de un patio que va de este a oeste.

Esta organización espacial otorga una multiplicidad de comodidades con apartamentos que tienen vista frontal y posterior y un patio al aire libre diseñado para ventilar y aprovechar al máximo la vista. Cada siglo tiene su período de reconstrucción. Veinticinco años después del cierre de los astilleros (1989), La Seyne-sur-Mer  en Francia, está experimentando una verdadera reconversión para diversificar sus actividades, particularmente el turismo de playa. Este desarrollo económico está alentando a Var a volver a desarrollar su tierra baldía y restaurar sus espacios urbanos en la costa a lo largo del cual discurre el espléndido paseo marítimo de Toussaint-Merle.

El Redline – 59 apartamentos que van desde estudios hasta 5 habitaciones – es parte de este renacimiento urbano. Frente a Toulon y la Bahía de Viñetas, una de las más grandes de Europa, el Redline se encuentra ligeramente alejado del futuro Jardín de Otoño ubicado en el sitio de los antiguos astilleros. Comprende tres partes separadas con su base, una masa forjada y esculpida de hormigón, sobre la cual se han erigido dos alas.

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