Los arquitectos María Luque y Pedro Olarte, fundadores de MLS Arquitectura y Taller Tragaluz, respectivamente, diseñaron y remodelaron este apartamento de 180 metros cuadrados. Su planta original respondía a la arquitectura de los años setenta y ochenta, caracterizada por ambientes cerrados y definidos, que generaban, como consecuencia, algunas zonas oscuras y poco ventiladas. La intervención abrió el espacio para convertirlo en un lugar amplio y diáfano, propio de la arquitectura del loft.

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Siguiendo las tendencias marcadas por este tipo de espacios, de origen industrial y neoyorquino, optaron por dejar los materiales expuestos en su estado natural, como en el caso de los casetones guadua que conforman la placa sobre la sala, cuya textura salta a la vista. Contrasta con la presencia del metal en la biblioteca, muebles de baños, lámparas decorativas y la chimenea, que reafirma el estilo del apartamento.

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