Bajo la premisa de que la arquitectura doméstica debe ser capaz de reflejar la personalidad de sus habitantes, el arquitecto cartagenero Giancarlo Mainero Bernal —fundador y director de MNRO Studio— llevó a cabo una obra cuyos principales elementos responden a la pregunta de quiénes son el cliente y su familia.

“En esta oportunidad tuvimos el privilegio de trabajar con absoluta libertad, gracias a que el dueño del apartamento ya nos conocía y confió en nosotros, sin reparar en ninguna decisión”, comenta el profesional cartagenero. Sin duda, el escenario ideal, ya que les permitió experimentar con propuestas originales para lograr crear un espacio vanguardista pero a la medida.   

El apartamento, ubicado en Barranquilla, abarca un poco más de 300 metros cuadrados, que incluyen zona social, área privada —habitaciones— y servicios —cocina, cuarto de ropas y baños—.

“Aunque se encuentra en un edificio construido hace relativamente poco tiempo —cuatro años, aproximadamente—, optamos por remodelarlo todo, pues los acabados iniciales no se ajustaban al estilo de sus propietarios”, explica Mainero.

De hecho, la distribución se mantuvo, en términos generales. No obstante, se remplazó la materialidad, en tanto que el mobiliario se adquirió en el extranjero o se mandó fabricar en función de las condiciones espaciales y de diseño del arquitecto. 

Los materiales usados en el apartamento

Tras ampliar visualmente el área social mediante el uso de pisos de mármol color beige, un acabado muy común en el norte del país, Mainero seleccionó una paleta de materiales cálidos y modernos a la vez, como madera natural y concreto pulido. 

La madera está presente no solo en la mayoría del mobiliario, sino también en las puertas y los revestimientos de las paredes, generando contrastes entre texturas lisas y rugosas. Así mismo, el concreto es el gran protagonista de los cielorrasos.

“Elaboramos una serie de láminas que se sujetan de la placa del techo, con el fin de aportar un diseño único a la sala y el comedor. La intención era hacer de un elemento constructivo una pieza de diseño, convertir lo cotidiano en algo singular”, explica el director de MNRO Studio.

Cada lámina presenta un juego de patrones de líneas geométricas en ambos sentidos, y a su alrededor y encima instalaron diferentes lámparas de techo —spots en barra e individuales, luminarias colgantes y cintas LED—, creando una atmósfera tan luminosa como sofisticada. 

En la habitación principal usaron un recurso similar: este espacio lo ilumina una gran lámina circular situada sobre la cama —a la altura del techo—. “Si bien procuramos que cada proyecto sea único, hay algunos elementos que se repiten, como la presencia de geometrías circulares. ¿Por qué? Creemos que el círculo representa lo universal, la totalidad, por lo que forma parte de nuestras estrategias compositivas. Tiene un carácter simbólico”, agrega. 

Por otro lado, la mayoría de los muebles se importaron. En cuanto al tapizado, se destacan los tejidos de origen natural, como el lino, pues su textura ligera es ideal en climas cálidos. Sin embargo, debido a su diseño y confort, también se incorporaron algunas piezas de cuero. 

El concepto de los acabados, como el mobiliario, es contemporáneo. Está inspirado en las vanguardias del siglo XX —por ejemplo, las poltronas de la sala evocan el estilo mid-century que caracterizó las décadas de los cincuenta y sesenta— y armoniza con las obras de arte exhibidas.

“De la curaduría de arte se ocuparon los dueños, aunque nosotros nos encargamos de que cada pieza fuera armónica respecto al espacio y al mobiliario. Ninguna debía rivalizar con los objetos a su alrededor”, puntualiza el arquitecto.   

Finalmente, el mayor de los retos fue lograr acabar el proyecto en un periodo de tiempo limitado —definido por el dueño, quien debía permanecer en casa luego de que le practicaran una cirugía—. Mainero y su equipo lo consiguieron; los resultados saltan a la vista. 

Cinco puntos a destacar de esta obra

1. Las láminas del techo crean una atmósfera particular. Estas obedecen a la premisa de materializar el carácter e identidad de sus habitantes por medio de la arquitectura.

2. Los acabados se remplazaron en su totalidad, con la finalidad de que estos se adapten al estilo de vida de sus dueños. Sobresalen el mármol y la madera naturales. 

3. El mobiliario se adquirió en el extranjero, de acuerdo con el diseño del arquitecto. No obstante, algunas piezas tuvieron que fabricarse en Colombia.  

4. El arquitecto tuvo el privilegio de poder dedicarse al proyecto con plena libertad. Sin embargo, los tiempos de ejecución fueron bastante cortos. 

5. La intervención no implicó grandes cambios en materia de distribución, sino de acabados arquitectónicos e interiorismo.