Milán demostró su imbatible supremacía en el mundo del diseño y reafirmó su carácter de cita ineludible para conocer lo mejor de la producción europea. En la muestra eclosionaron empresas reconocidas, diseñadores avanzados y propuestas llamativas. Este año, tendencias innovadoras de diseño para la casa y los espacios públicos se vieron arropadas por la muestra de iluminación Eurolucey por el Salone Ufficio para oficinas, que proporcionaron una visión completa del mercado.
Las dificultades económicas que atraviesan muchos países europeos, no fueron el caldo de cultivo de aventuras estéticas muy arriesgadas, así que los fabricantes prefirieron apostarles a valores seguros por medio de diseñadores consagrados de probado tirón comercial como Patricia Urquiola, los hermanos Campana, Ferruccio Laviani,Paola Navone, Piero Lissoni y Jean Nouvel.
Junto a estos, el Salone Satellite destacó lo mejor del diseño emergente de los cinco continentes. Los proyectos de los jóvenes aportaron más ingenio que posibilidades y más capacidad de reciclaje que de gasto; en definitiva, mostraron la realidad del momento.
Marcadas tendencias
Las formas se reducen a lo esencial, a sus aspectos geométricos y a los patrones más elementales de la memoria histórica del mobiliario moderno, así cumplen con un público que huye de los excesos estilísticos y, al mismo tiempo, simplifican los procesos productivos.
Las materias naturales con aspecto crudo o poco trabajado copan los mejores puestos de los nuevos catálogos. Mientras los frontales de nogal canaletto muestran orgullosos sus vetas, las maderas de fresno y haya se presentan con la cara lavada. Los muebles tapizados con poliéster, que parecían irrumpir hace un par de años, se baten en retirada. Lo mismo ocurre con el algodón, el acero, el aluminio e, incluso, los plásticos más nobles.
Aunque la mayoría de los fabricantes huyen de las estridencias cromáticas, se siguen viendo detalles de color tenues, herencia de la poderosa estética nórdica.
Los muebles polivalentes o plegables son la solución ideal para los espacios reducidos, un tema que demandan los mercados sensibles a la proliferación de viviendas de pequeño tamaño para uso unipersonal.
El Salone Ufficio aboga por los espacios de trabajo que se confunden con los domésticos, bajo la convicción de que un entorno más humano propicia mayor rendimiento laboral.
En el salón Euroluce triunfa el mundo del led, finalmente incorporado al entorno doméstico con ideas sugestivas como los papeles de pared iluminados del diseñador industrial alemán Ingo Maurer.