El enfoque de los siguientes estudios colombianos está dedicado al diseño de mobiliario o piezas en las que se fusionan la estética y la funcionalidad. La tradición con lo moderno se refleja en cada detalle desde la elección de materiales hasta la elaboración final de los objetos.

1. Studio Vanessa Valero

Hilos de múltiples colores son transformados en interpretaciones artísticas de los Andes, la cordillera que nos marca como país. Mediante la técnica de hand tufting —que consiste en bordar la tela con una pesada máquina, cuya forma es similar a la de un taladro—, la diseñadora y artista textil Vanessa Valero compone tapetes y tapices que juegan entre el diseño y el arte. 

En los últimos años, su firma  —Studio Vanessa Valero— está más enfocada en retratar “cómo los Andes forman nuestra identidad, pues son parte fundamental de nuestra cultura”. Además, la diseñadora agrega que “el futuro del diseño y la arquitectura está ligado a la identidad del país, pero se debe exponer en un plano más internacional; hay que crear una nueva narrativa en el diseño, la arquitectura y el arte”.

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2. Vida Útil

Laura Palacios es la fundadora del estudio de diseño Vida Útil, en el que crean lámparas con un diseño artesanal y atemporal. En 2012 creó su firma, en la que hacía mobiliario, pero cuatro años más tarde se decantó por hacer luminarias, exclusivamente.

Las lámparas de Vida Útil son de materiales que se pueden trabajar con las manos, como concreto, cerámica, aluminio, madera y fibras textiles naturales. Para su fabricación, se valen del talento de artesanos locales.

“Las piezas hechas a mano se diferencian de las que se fabrican industrialmente porque quedan con marcas de los procesos. Tienen un encanto especial. Además, lo artesanal crea una cultura material muy colombiana”, comenta la diseñadora.

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3. Tucurinca 

“Tucurinca ha sido capaz de mostrar al diseño nacional, en especial a la fabricación de muebles, que no hay que ir tan lejos y que más bien debemos indagar sobre lo que somos. Ir bien adentro para poder llegar afuera”, comenta Rafael Zúñiga, diseñador samario y fundador y director creativo de dicha firma.

A esto agrega que, desde los inicios de la compañía —en 2014—, ha trabajado con las herramientas que están a la mano, con materiales disponibles en cualquier plaza de mercado, para crear piezas con un alto sentido de la estética. 

Su Tucurinca V es una reinterpretación de la tradicional silla costeña. Para esta versión —fue uno de sus primeros lanzamientos— eliminaron los soportes en la base con el fin de poder agregar una curvatura en las patas, lo cual fue posible al cambiar el hierro por acero inoxidable en su estructura —algo nuevo en la firma—. El resultado: una silla con una forma más esbelta.

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4. Plié

Los objetos de la firma Plié no están creados solo para proporcionar una iluminación cálida y acogedora a los espacios. Los pliegues de sus luminarias, hechos a partir de la técnica del origami, generan escultóricas caperuzas de papel que se posan sobre una estructura metálica para formar piezas que juegan entre lo utilitario y lo artístico. 

Estas lámparas, con presentaciones para mesa, piso y techo, generan juegos de sombras gracias a sus caperuzas de formas geométricas.

“Todas están hechas con papeles sostenibles —cuentan con 30 % de material reciclado en su composición— para que, cuando cumplan su vida útil, se reciclen en procesos no tóxicos para el ambiente. Esto también aplica para sus estructuras metálicas, que pueden fundirse y reutilizarse”, cuenta María José Acosta, fundadora de la firma.

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5. Ochoinfinito

Con una mirada contemporánea a las técnicas artesanales del país, la firma Ochoinfinito propone objetos y mobiliario que se mueven entre lo utilitario y lo artístico. “Con nuestros diseños, buscamos que lo cotidiano y el día a día sean más memorables y auténticos”, explica Carlos Garzón, arquitecto con magíster en Estudio y Restauración del Patrimonio, así como director creativo y fundador —junto con Juan Camilo Serna— de la firma Ochoinfinito.

Así mismo, explica que sus colecciones, compuestas por objetos y mobiliario, parten de tener un conocimiento claro del territorio nacional, tanto de su geografía como de su patrimonio cultural, para realizar estudios de la forma y su origen, que les permitan “experimentar y reconocer el valor cultural del saber artesanal. Cada una de nuestras piezas busca ser un registro documental”. 

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6. Konkretus 

Concebida en principio como una empresa de prefabricados para la construcción, la compañía Konkretus —dirigida por Luis Ignacio Franco, Daniel Mesa, Felipe Eusse y Andrés Mesa— ha introducido el concreto, asociado generalmente con lo estructural y lo inacabado, al espacio público con una línea de mobiliario urbano y al ámbito doméstico con lavamanos y bañeras.

Así, la apuesta por exportar una versión tropical y sofisticada del diseño local implica para el equipo de Konkretus una ética de trabajo, en la que todos los procesos están atravesados por la creatividad, desde la ideación y el desarrollo de cada producto hasta las estrategias financieras y de comunicación. 

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7. Guarida

Guarida es una firma de arquitectura que usa el metal como el material protagonista de los espacios a partir de formas orgánicas, diseños limpios y colores cálidos.

“Desde Guarida estamos poniendo el metal como protagonista de los espacios, a partir de formas orgánicas, diseños limpios, colores cálidos y simplicidad en cada una de nuestras piezas”, afirman los arquitectos del estudio. Una de sus principales luchas es transformar el concepto general que se tiene de este material, muchas veces relacionado con lo industrial y percibido como frío. 

Otra de las apuestas fuertes de Guarida es la personalización. Los arquitectos aseguran que están en la capacidad de adaptar las proporciones de todos sus objetos a un espacio específico, y ofrecen además una paleta de color compuesta por 16 opciones de pintura electrostática.

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8. Del Valle Studio

Con su firma Tu Taller Design, fundada hace más de una década, David Del Valle se ha enfocado en el diseño de objetos y mobiliario con una actitud inquieta, lo que lo ha llevado a establecerse como un referente nacional en su campo. 

El diseñador industrial David del Valle explora en su obra la combinación de procesos artesanales y tecnologías digitales de producción para lograr piezas con una identidad colombiana, pero con relevancia internacional. 

El uso de materiales locales de bajo costo, aplicados de maneras diferentes, rompe en este proyecto el paradigma del lujo y la ostentosidad para hablar de un diseño democrático y sostenible económicamente.

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9. Del Portillo

A lo largo de nueve años, el diseñador industrial bogotano José David del Portillo le ha apostado al diseño nacional por intermedio de su firma Del Portillo, con sede en Bogotá. “Durante este tiempo hemos logrado consolidarnos por medio de diferentes factores, el más importante de los cuales es el recurso humano; hemos creado un ecosistema donde se rescatan los oficios, la tradición de un artesano”. 

Durante su carrera, Del Portillo ha presentado piezas que se han convertido en íconos de su catálogo, como la silla Tiza —uno de los primeros lanzamientos de la marca—, el bananero K-19 —que recibe su nombre del elemento químico del potasio y que tiene como fin prolongar la maduración de esta fruta— y el candelabro Fuoco —fuego, en italiano—. 

Para estas piezas, el diseñador industrial se valió de un material tan noble como la madera. No obstante, para celebrar casi una década de labor lanzó una edición limitada en aluminio macizo —junto al reto que implica utilizar la fundición tradicional para crear estos elementos—, haciendo así una aproximación artística por su peso y forma de reflejar la luz.

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